
Hoy quiero hablar sobre un tipo de música que no copa las conocidas listas de éxitos y el ferviente gusto de las masas. Yo la he descubierto ya con unos años a cuestas, me refiero al Jazz. Recuerdo que hace años me producía escalofríos y un rechazo total, fruto de mi ignorancia, del desconocimiento más absoluto de mis años adolescentes. En verano, solían poner el Festival de Jazz de Vitoria por televisión, y en cuanto aparecía en pantalla, me lanzaba como un poseso hacia el mando a distancia para cambiar el canal. Hace unos años, realicé un viaje por Escandinavia y en Copenhagen, un amigo me invitó a un Jazz Café. Era un lugar muy pequeño, lleno de mesas amontonadas entre la nebulosa provocada por el humo de tabaco y presidida por un reducido escenario donde un piano, un bajo y una guitarra dominaban la perspectiva de un lugar que se convirtió en mágico para mi. Asistí a una “Jam Session”, donde tres clientes del bar improvisaron de manera magistra temas de John Coltrane o de Duke Kellington. Aquello supuso el pistoletazo de salida para mi interés por la música Jazz. Entonces descubrí que en Málaga existían lugares muy similares a aquel garito danés y logré conocer dos lugares legendarios en los ambientes musicales malagueños. Uno de aquellos lugares era el “Jazz Barbacoa”, en Pedregalejo, que desapareció hace unos años pasto de las llamas. El otro era “El Cantor de Jazz”, en pleno centro, donde era posible asistir a alguna improvisación por parte de los clientes o disfrutar de una maravillosa charla con música de Diana Krall, Van Morrison y tantos músicos de gran nivel. Una música relajante, distante y a la vez magistral.
Hace poco, un antiguo compañero de trabajo me invitó a un concierto de Jazz en el Hotel Puente Romano de Marbella. Su padre es el batería de un cuarteto de músicos excepcional y, entre copas, me contaron algunos secretillos del gremio. Entre sorbo y sorbo de cerveza, fui descubriendo unos sonidos desconocidos pero llenos de sentimientos. Desde luego, no soy un erudito en música Jazz, pero si puedo asegurar que para la gran mayoría sigue siendo un desconocido y de vez en cuando no está de más acercarse para intentar descubrir algo distinto. Lo único que puede ocurrir es que no te guste, pero si lo hace, te hará sentir la historia y sentimiento que proyectan cada una de sus notas. Hoy en día me consta que se puede escuchar en Onda Pasadena, un bar cercano al Teatro Cervantes y en otros lugares de Málaga cuyos nombres desconozco. De cualquier manera, de cuando en cuando, no está mal curiosear en otras músicas. A Madonna y su “Hang up”, podemos escucharla en cualquier disco o pub, pero a la gran dama del Jazz Diana Krall, ya es más difícil. Cada música tiene su momento y el Jazz es una buena alternativa para un momento de relax.
Como siempre, ha sido un auténtico placer poder escribir para esta web.
Jose Antonio Moreno
5 comentarios:
Hace poco me fui a dar un paseo por el centro. Los dias que me aburro o estoy estresado me pongo mi MP3 y camino por el casco antiguo de Malaga. En uno de esos paseos y al girar en una de las calles oigo mucho ruido, parecian trompetas. Llego a una plaza y descubro asombrado un festival de Jazz en pleno centro historico de Malaga. Sonaba de maravilla y quedé maravillado con esta musica. Prometo investigarla mas y acostumbrar mis oidos a ella porque sin duda es una musica elegante, con clase y glamour.
Sin duda, soy ignorante en el Jazz (al igual que en muchas otras cosas); Va siendo hora de que conozca un poco más esta música..y creo que es un buen momento en mi vida para hacerlo.
Tengo una relación de amor-odio con el jazz. Será porque no lo conozco lo suficiente o porque no lo he vivido en directo, pero lo cierto es que tras varias piezas me empiezo a estresar y soy incapaz de seguir escuchándolo. No obstante, reconozco su calidad. Asi que me pregunto ¿es el tipo de música o el estado anímico el que nos hace decidir si algo nos gusta o no?
Yolanda
Dando una vuelta en internet encontré este comentario que hablaba sobre El Cantor de Jazz de pasada. Ese bar hace años que no existe, yo fuí cliente los últimos cinco años y amigo del dueño, Miguel Hernández Torralbo. Era un lugar muy especial y no sólo por la maravillosa música que podías escuchar todo el tiempo, sino por su mágico ambiente. Estuvo funcionando desde 1983, casi 20 años, hoy hay una triste oficina en su lugar. De todas formas no es eso por lo que escribo esto, o en parte sí, sino porque hoy me enteré de el fallecimiento de Miguel y quiero hacerle un sincero homenaje. Ese lugar no habría significado nada sin él, Miguel era el Cantor de Jazz y el Cantor de Jazz era Miguel, esa era su pequeña y extraordinaria contribución al mundo, ese hermoso rincón para los amantes del Jazz, de la literatura, de la amistad y de la vida. Espero algún día poder volver a brindar contigo amigo...
Pelete
Miguel Hernandez Torralbo
Hola Pelete
I write in English, because no hablo Espanol bien.
I read your article about Miguel Hernandez Torralbo. With great sorrow I read about his death. I met him in 1996 in his Bar, when I was in Malaga. I was fascinated by him from the start, sharing his love for
Jazzmusic and literature. In 1990 he visited me in Basilea, Switzerland. We went to the Montreux Jazz Festival together. It was a magic time!
Can I get in contact with you by email?
I intend to go to Malaga soon.
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