
Hoy quería hablaros de la polémica creada en torno a los conciertos “no celebrados” por The Rolling Stones en España. ¿De veras alguien creía que iban a tocar en El Ejido?. El caso es que días antes, viendo la televisión, aparecían imágenes del magno montaje que se estaba llevando a cabo en el Estadio de fútbol de la ciudad almeriense, incluso debieron hacer reformas y derruir parte del muro para poder albergar el mastodontico escenario que llevan los británicos. Yo dudaba de la celebración del mismo porque en los últimos años nos tienen acostumbrados a estas faenas. Este año no iba a ser menos, ya que en el invierno suspendieron sus conciertos de Madrid y Barcelona tras el esperpéntico episodio de Keith Richards y el maldito cocotero. En el verano todo pareció caer en el olvido y las legiones de fans de los Stones devoraron las entradas con rapidez. Todo estaba dispuesto en el Estadio José Zorrilla de Valladolid para dar cabida al primero de los shows, pero se suspendió cuando la gente ya se encontraba en el recinto. Por ende, se suspendieron todos los demás. En esta ocasión, la causa era una afonía de Mick Jagger. Mis temores habían cobrado forma. Me duelen las palabras desoladas de una clienta a la que atendía el otro día en mi trabajo; “ya no lo intento más, es la tercera vez que me pasa” me comentaba con una mezcla de ira, tristeza e impotencia. Aunque parezca exagerado, es comprensible. Durante toda tu vida has amado, escuchado con devoción sus discos, ardes en deseos de verlos por primera y posiblemente única vez en tu vida, pero cuando llega el momento te das de bruces. Este vez la excusa ha sido la afonía, la próxima vez sólo Dios sabrá los propósitos de Sus Satánicas Majestades. Yo le decía a mi clienta “a lo mejor el año que viene”, por decir algo. Entiendo el enfado y más sabiendo que días después reaparecieron en plena forma en su concierto de Londres. Es lo que tiene vivir en sitios pequeños y sin glamour, no se mide con el mismo rasero. En mi opinión, no hay excusas que valgan. Se han comportado como unos impresentables. Y que me perdonen los fanáticos de los Stones. A mí, también me gustan y asistí a su mítico concierto en el Puerto de Málaga en el verano de 1998. Pero los “Stonianos” estarán de acuerdo en que lo cortés no quita lo valiente. Hay formas y formas de hacer las cosas, y los Rolling Stones, han demostrado muy poca clase. Espero que sepan rectificar.
José Antonio Moreno
2 comentarios:
Por muy Rolling Stones que sean, si están ahí es por la gente que los ha seguido durante tantos años...no creo que sea la mejor forma de agradecer tanta devoción. No tienen excusas, y lo único que consiguen es perder glamour y clase.
Pero esta gente tan mayor aun canta en condiciones?
Publicar un comentario