24 septiembre 2006

Directo en el Ruedo - Depeche Mode

26 de Julio de 2006, calor sofocante en la capital de Al-Andalus. Sin duda se sobrepasaban los 40ºC cuando llegamos a la Plaza de Toros de Granada. En cualquier otra circunstancia no hubiera sufrido este martirio, pero la ocasión merecía la pena; Depeche Mode en concierto. No todos los días se tiene la oportunidad de verlos por estos lares. De hecho, esta era la primera vez que tocaban en Andalucía. Mítica banda del sur de Inglaterra, lejana queda ya la fecha en que publicaron su primer disco “Speak and Spell”, en 1981. El tiempo los ha consagrado como los auténticos reyes del tecno, aunque sus directos se parecen cada vez más a los de una banda de rock. Con exquisita puntualidad, en este tipo de conciertos no hay lugar a la improvisación, se apagaron las luces del coso granadino y apareció el trío británico en escena. El concierto arrancó con “ A pain that I´m used to”, tema de su más reciente trabajo “Playing the angel”. Varios fueron los cortes que tocaron de este último disco como: “John the Revelator”, “Suffer well” o “Precious”, lo mejor del citado trabajo. Pero lo que realmente cala en el seguidor de los Depeche son los viejos temas, convertidos en clásicos con el paso del tiempo. Uno tras otro fueron sonando éxitos como “Behind the Wheel”, “Personal Jesus”, “Enjoy the silence”, “Walking in my shoes” y una larga lista de temas pertenecientes a discos míticos y muy recomendables como “Music for the masses”, “Violator” o “Songs of faith and devotion”.


Impecable la puesta en escena, con un Dave Gahan pletórico, en plena forma y como gran maestro de ceremonias. Envidiable forma física y potente torrente de voz (¡Qué energía la de este hombre!). Martin L.Gore se mantuvo en primer plano para hacer frente en su particular lucha de egos con Dave y también obtuvo su momento de protagonismo al cantar dignamente dos temas. Andy Fletcher, tras los sintetizadores y teclados, asumió con discreción su rol secundario y lo solventó con la consabida sobriedad del gran ingeniero musical que es. Conoce a la perfección cual es su función y el protagonismo se lo deja al dúo Gore-Gahan. El trío está en todo momento acompañado de manera magistral por un batería que le otorga ese toque rockero al concierto. El espectáculo ofrecido por los británicos resultó impecable. Su lunar, fue la duración del mismo, excesivamente corto para lo que esperaba un público totalmente entregado.

En la recta final del show, sorprendieron con un bis inesperado, “Photographic”, tema poco habitual en el repertorio de los británicos y que los seguidores más fieles acogieron con entusiasmo. Cuando sonó su clásico último corte “Never let me down”, la audiencia ya se había rendido al dominio del “master” Gahan y sus chicos. Depeche Mode triunfaron y salieron del coso taurino habiendo cortado las dos orejas. No se les otorgó el rabo porque no quisieron. Imagino que esos menesteres los dejarán para plazas de más renombre. Lástima, soy de los que opina que hay que dar el do de pecho e intentar la mejor faena en cualquier plaza. De cualquier manera , el espectáculo ofrecido resultó ser de una gran calidad. De la organización, mejor no hablar. Estropearía la crónica de lo que ha resultado ser un gran espectáculo en una calurosa noche de verano.

Jose Antonio Moreno

16 septiembre 2006

¿The Rolling Stones en España?

Hoy quería hablaros de la polémica creada en torno a los conciertos “no celebrados” por The Rolling Stones en España. ¿De veras alguien creía que iban a tocar en El Ejido?. El caso es que días antes, viendo la televisión, aparecían imágenes del magno montaje que se estaba llevando a cabo en el Estadio de fútbol de la ciudad almeriense, incluso debieron hacer reformas y derruir parte del muro para poder albergar el mastodontico escenario que llevan los británicos. Yo dudaba de la celebración del mismo porque en los últimos años nos tienen acostumbrados a estas faenas. Este año no iba a ser menos, ya que en el invierno suspendieron sus conciertos de Madrid y Barcelona tras el esperpéntico episodio de Keith Richards y el maldito cocotero. En el verano todo pareció caer en el olvido y las legiones de fans de los Stones devoraron las entradas con rapidez. Todo estaba dispuesto en el Estadio José Zorrilla de Valladolid para dar cabida al primero de los shows, pero se suspendió cuando la gente ya se encontraba en el recinto. Por ende, se suspendieron todos los demás. En esta ocasión, la causa era una afonía de Mick Jagger. Mis temores habían cobrado forma. Me duelen las palabras desoladas de una clienta a la que atendía el otro día en mi trabajo; “ya no lo intento más, es la tercera vez que me pasa” me comentaba con una mezcla de ira, tristeza e impotencia. Aunque parezca exagerado, es comprensible. Durante toda tu vida has amado, escuchado con devoción sus discos, ardes en deseos de verlos por primera y posiblemente única vez en tu vida, pero cuando llega el momento te das de bruces. Este vez la excusa ha sido la afonía, la próxima vez sólo Dios sabrá los propósitos de Sus Satánicas Majestades. Yo le decía a mi clienta “a lo mejor el año que viene”, por decir algo. Entiendo el enfado y más sabiendo que días después reaparecieron en plena forma en su concierto de Londres. Es lo que tiene vivir en sitios pequeños y sin glamour, no se mide con el mismo rasero. En mi opinión, no hay excusas que valgan. Se han comportado como unos impresentables. Y que me perdonen los fanáticos de los Stones. A mí, también me gustan y asistí a su mítico concierto en el Puerto de Málaga en el verano de 1998. Pero los “Stonianos” estarán de acuerdo en que lo cortés no quita lo valiente. Hay formas y formas de hacer las cosas, y los Rolling Stones, han demostrado muy poca clase. Espero que sepan rectificar.

José Antonio Moreno

07 septiembre 2006

La Canción del Verano

Lo he intentado con todas mis fuerzas, lo juro, pero me ha resultado imposible escapar a los tentáculos del octopus musical veraniego. Año tras año, trato de obviarla, olvidarla, mostrarle la mayor de mis indiferencias, pero es imposible. Trato de mantenerme ajeno a estos bodrios, pero cuando menos lo espero y en el lugar inimaginable, golpea sin piedad "este corazón cansado de latir" como diría el maestro Sabina.

Este año hay dos temas, o al menos es el número que ha matraqueado mi cerebro en este verano que va tocando a su fin. Una es "Hips don´t lie",imposible huir del contoneo culero de Shakira. Pones la MTV, los 40, lo que sea, y ahí aparece la menuda figura de la colombiana moviendo su poderoso culo barranqueño. Está buena, si no lo voy a negar, pero la canción es un coñazo. Prefiero no hablar de "la tortura" del verano anterior. Los inquisidores de este nuevo siglo seguramente hallarán en estas canciones unos buenos instrumentos de castigo. La otra canción es "Summer Love". ¡Por Dios, que alguien me explique que sepuede sacar de esto!. De lo peor que he escuchado en décadas. Y encima el móvil, con sus tonos, polis, y demás tonos y familia. Llamas a algún amigo y el temita te da la bienvenida a modo de introducción. "No son formas, compañero", les protesto desconsoladamente.

Llegados a este punto me pregunto; ¿Dónde estás Georgie Dann?, I need you. Te he puteado tanto que te añoro y echo de menos. Que alguien se atreva atirar la primera piedra si me promete no haber bailado alguna vez "la barbacoa" o "el negro" en una de esas inolvidables veladillas veraniegas de los ochenta. Esas canciones míticas de aquellos lejanos estíos cuando Georgie irrumpía en escena con su impecable pelo enlacado y su baile eterno, siempre rodeado de mujeres impresionantes. ¿Qué habrá sido de él, o de Mª Jesús y su acordeón?. Después los 90 pasaron sin pena ni gloria y todo cayó en picado hasta la plena decadencia del sigloXXI, época en la que irrumpe King Africa (lo siento, mi religión no me permite hablar acerca de este engendro) y finalizamos con Shakira y su culode leyenda.

Ya nada es igual, la canción del verano no debería llamarse así. Murió hace años. Su trono ha sido usurpado por unas hordas bárbaras y yo, eterno sufridor, he sido espectador de tan magna felonía. No puedo soportarlo más. El próximo verano, no quiero escuchar más.

Jose Antonio Moreno