
Impecable la puesta en escena, con un Dave Gahan pletórico, en plena forma y como gran maestro de ceremonias. Envidiable forma física y potente torrente de voz (¡Qué energía la de este hombre!). Martin L.Gore se mantuvo en primer plano para hacer frente en su particular lucha de egos con Dave y también obtuvo su momento de protagonismo al cantar dignamente dos temas. Andy Fletcher, tras los sintetizadores y teclados, asumió con discreción su rol secundario y lo solventó con la consabida sobriedad del gran ingeniero musical que es. Conoce a la perfección cual es su función y el protagonismo se lo deja al dúo Gore-Gahan. El trío está en todo momento acompañado de manera magistral por un batería que le otorga ese toque rockero al concierto. El espectáculo ofrecido por los británicos resultó impecable. Su lunar, fue la duración del mismo, excesivamente corto para lo que esperaba un público totalmente entregado.
En la recta final del show, sorprendieron con un bis inesperado, “Photographic”, tema poco habitual en el repertorio de los británicos y que los seguidores más fieles acogieron con entusiasmo. Cuando sonó su clásico último corte “Never let me down”, la audiencia ya se había rendido al dominio del “master” Gahan y sus chicos. Depeche Mode triunfaron y salieron del coso taurino habiendo cortado las dos orejas. No se les otorgó el rabo porque no quisieron. Imagino que esos menesteres los dejarán para plazas de más renombre. Lástima, soy de los que opina que hay que dar el do de pecho e intentar la mejor faena en cualquier plaza. De cualquier manera , el espectáculo ofrecido resultó ser de una gran calidad. De la organización, mejor no hablar. Estropearía la crónica de lo que ha resultado ser un gran espectáculo en una calurosa noche de verano.