
NUEVA WEB DE ELIXISTV
un blog de ELIXIS TV
Jose Antonio Moreno
Impecable la puesta en escena, con un Dave Gahan pletórico, en plena forma y como gran maestro de ceremonias. Envidiable forma física y potente torrente de voz (¡Qué energía la de este hombre!). Martin L.Gore se mantuvo en primer plano para hacer frente en su particular lucha de egos con Dave y también obtuvo su momento de protagonismo al cantar dignamente dos temas. Andy Fletcher, tras los sintetizadores y teclados, asumió con discreción su rol secundario y lo solventó con la consabida sobriedad del gran ingeniero musical que es. Conoce a la perfección cual es su función y el protagonismo se lo deja al dúo Gore-Gahan. El trío está en todo momento acompañado de manera magistral por un batería que le otorga ese toque rockero al concierto. El espectáculo ofrecido por los británicos resultó impecable. Su lunar, fue la duración del mismo, excesivamente corto para lo que esperaba un público totalmente entregado.
En la recta final del show, sorprendieron con un bis inesperado, “Photographic”, tema poco habitual en el repertorio de los británicos y que los seguidores más fieles acogieron con entusiasmo. Cuando sonó su clásico último corte “Never let me down”, la audiencia ya se había rendido al dominio del “master” Gahan y sus chicos. Depeche Mode triunfaron y salieron del coso taurino habiendo cortado las dos orejas. No se les otorgó el rabo porque no quisieron. Imagino que esos menesteres los dejarán para plazas de más renombre. Lástima, soy de los que opina que hay que dar el do de pecho e intentar la mejor faena en cualquier plaza. De cualquier manera , el espectáculo ofrecido resultó ser de una gran calidad. De la organización, mejor no hablar. Estropearía la crónica de lo que ha resultado ser un gran espectáculo en una calurosa noche de verano.
Hoy quería hablaros de la polémica creada en torno a los conciertos “no celebrados” por The Rolling Stones en España. ¿De veras alguien creía que iban a tocar en El Ejido?. El caso es que días antes, viendo la televisión, aparecían imágenes del magno montaje que se estaba llevando a cabo en el Estadio de fútbol de la ciudad almeriense, incluso debieron hacer reformas y derruir parte del muro para poder albergar el mastodontico escenario que llevan los británicos. Yo dudaba de la celebración del mismo porque en los últimos años nos tienen acostumbrados a estas faenas. Este año no iba a ser menos, ya que en el invierno suspendieron sus conciertos de Madrid y Barcelona tras el esperpéntico episodio de Keith Richards y el maldito cocotero. En el verano todo pareció caer en el olvido y las legiones de fans de los Stones devoraron las entradas con rapidez. Todo estaba dispuesto en el Estadio José Zorrilla de Valladolid para dar cabida al primero de los shows, pero se suspendió cuando la gente ya se encontraba en el recinto. Por ende, se suspendieron todos los demás. En esta ocasión, la causa era una afonía de Mick Jagger. Mis temores habían cobrado forma. Me duelen las palabras desoladas de una clienta a la que atendía el otro día en mi trabajo; “ya no lo intento más, es la tercera vez que me pasa” me comentaba con una mezcla de ira, tristeza e impotencia. Aunque parezca exagerado, es comprensible. Durante toda tu vida has amado, escuchado con devoción sus discos, ardes en deseos de verlos por primera y posiblemente única vez en tu vida, pero cuando llega el momento te das de bruces. Este vez la excusa ha sido la afonía, la próxima vez sólo Dios sabrá los propósitos de Sus Satánicas Majestades. Yo le decía a mi clienta “a lo mejor el año que viene”, por decir algo. Entiendo el enfado y más sabiendo que días después reaparecieron en plena forma en su concierto de Londres. Es lo que tiene vivir en sitios pequeños y sin glamour, no se mide con el mismo rasero. En mi opinión, no hay excusas que valgan. Se han comportado como unos impresentables. Y que me perdonen los fanáticos de los Stones. A mí, también me gustan y asistí a su mítico concierto en el Puerto de Málaga en el verano de 1998. Pero los “Stonianos” estarán de acuerdo en que lo cortés no quita lo valiente. Hay formas y formas de hacer las cosas, y los Rolling Stones, han demostrado muy poca clase. Espero que sepan rectificar.
José Antonio Moreno
Ese disco marcó mi adolescencia y aún hoy día, cuando lo reviso, consigue emocionarme como antaño. Recuerdo perfectamente la primera vez que lo puse. Fue una calurosa tarde de Agosto, 19 años atrás en el tiempo. Mi primo y yo regresábamos de un fin de semana en Ciudad Real y al pasar Despeñaperros, llegó el momento sublime. En el Radio-Casette de un Opel, que hoy día será pasto de desguaces. Aunque no lo creáis, todavía conservo ese casette. Son esas viejas reliquias que uno conserva por nostalgia. Es un buen amigo que te ha acompañado durante muchos años y que no merece el cruel castigo del cubo de la basura. Cuando sonaron los primeros riffs de The Edge en “Where the Streets have no name”, sabía que me enfrentaba a algo colosal. La apertura del disco es sublime, con el tema previamente citado y seguido de “I still haven´t found…” y “With or Without you”. Un comienzo de disco ante el que no hay nada que objetar, creo. Sin embargo yo quería hacer hincapié en la segunda parte del disco, que bajo mi punto de vista contiene algunas de las mejores canciones de la historia del Rock. Canciones como “Red Hill Mining Town”, “In God´s Country” o “Mothers of the Disappeared” son cortes imprescindibles en la historia del grupo irlandés. Esta última canción la tocaron en el Estadio Nacional de Chile ante las madres de los desaparecidos bajo la dictadura chilena.
Con “The Joshua Tree”, los irlandeses adquirieron el status de superbanda y su tour mundial marcó un hito. Muchos aún recuerdan el concierto que Bono y sus chicos ofrecieron en el Estadio Santiago Bernabéu el 15 de Julio de 1987. Los allí presentes jamás lo olvidarán e incluso la propia banda ha reconocido en alguna ocasión que aquel concierto marcó un antes y un después. Fue un disco legendario y un tour grandioso, probablemente el más importante de la década de los 80. Un álbum que independientemente que te gusten o no los U2, hay que poseer, pues es historia pura al alcance de nuestros oídos. Quería que este fuera el primer disco en comentar en el blog por ideología, respeto y devoción a una banda cuya música me ha acompañado durante toda mi vida. Larga vida a U2.
Un abrazo.